Detrás de cada idea de negocio que inicia hay una historia personal cargada de sueños: un mejor futuro para sus familias, estabilidad financiera o comprar una nueva casa… Sin embargo, en el camino, esos sueños suelen quedar relegados.
Roxana Girón, coordinadora de programas de la Escuela de Empresarios Líderes MYPE (LID), con más de 15 años de experiencia en formación empresarial y consultorías, nos comenta: “Cuando los empresarios se acercan a nuestra escuela, es interesante conocer su respuesta ante la pregunta: ¿Qué sueña para usted, como persona … no como empresario, ni para su empresa o equipo sino para usted?”. De acuerdo con la especialista, la respuesta que recibe es sorprendente: “La mayoría de veces, el empresario MYPE se olvida de soñar para sí mismo una vez que han iniciado su recorrido, ya que las responsabilidades terminan absorbiéndolo por completo”.
Recuperar sueños para alcanzar un negocio exitoso
Para Roxana las múltiples responsabilidades y la presión por mantener el negocio a flote, suele convertir al empresario en un mero administrador de tareas, dejando poco espacio para su bienestar y crecimiento personal.
¿Es posible recuperar esos sueños mientras se construye un negocio exitoso? La respuesta parece estar en un cambio profundo: la transformación del ser. Para comprender la naturaleza de esta transformación, exploramos el programa de la Escuela LID de FUSAI, una iniciativa que nació de una alianza entre FUSAI y la ONG ACTEC Bélgica en 2015. Desde su creación, el programa ha graduado a más de 2,600 empresarios MYPE, destacándose por su enfoque integral. Combina la formación empresarial con el crecimiento personal, generando un impacto positivo no solo en la vida de los participantes, sino también en sus familias, empleados y comunidades. Más allá de desarrollar habilidades técnicas, el programa busca que los participantes logren una transformación interna que les permita alinear sus sueños y propósitos con la activación o aceleración de su negocio.
En este sentido, la Escuela LID de FUSAI rompe con la idea de que el éxito empresarial se logra a costa del sacrificio personal. Su metodología innovadora propone una transformación integral del empresario, ayudándolo a reconectarse con sus sueños más profundos.
De acuerdo con la coordinadora de programas de dicha escuela, uno de los mayores desafíos que enfrentan los empresarios es la falta de confianza para encomendar tareas a otros. “La mayoría no delega porque sienten que nadie hará las cosas como ellos”, comenta. Este exceso de control sobrecarga al empresario y lo desconecta de los motivos iniciales que lo llevaron a emprender.

Liderar y crear hábitos: dos caras de la misma moneda
En el corazón de la metodología de la Escuela LID se encuentra un principio fundamental: para transformar a los empresarios en líderes de éxito, primero hay que transformar sus hábitos.
Más allá de impartir conocimientos técnicos, el programa de la Escuela LID se enfoca en la creación de nuevas rutinas y comportamientos que impulsen un cambio profundo en los participantes.
Mediante ejercicios prácticos y un acompañamiento personalizado, los empresarios aprenden a reemplazar los viejos patrones que los limitan, por hábitos que fomentan su crecimiento personal y profesional, y que son esenciales para integrar equipos sólidos y delegar tareas de manera efectiva, sin la necesidad de supervisar cada detalle operativo. A través de un enfoque práctico, los participantes adquieren estas habilidades fundamentales, porque, como afirma Roxana Girón: “Pensar en un empresario exitoso no es pensar en alguien que lo sabe todo, sino en alguien con buenos hábitos”.
Un enfoque integral de la mano con el crecimiento empresarial
La transformación en el ser comienza desde el primer nivel de sus programas de formación empresarial. Con un enfoque integral, los empresarios aprenden a liderar sus negocios de una manera estratégica y con propósito. “Les ayudamos a recordar los sueños que los impulsaron a emprender”, afirma Roxana. Este proceso no solo beneficia al empresario, sino también a sus familias y colaboradores. Al delegar, organizarse y crear nuevos hábitos, los empresarios liberan tiempo para dedicarse a su autocuidado y a fortalecer sus relaciones personales, sin perder de vista su negocio.
Esta metodología de la Escuela LID demuestra que el éxito empresarial y la realización personal no son caminos opuestos, sino complementarios. Roxana lo resume de manera contundente: “La transformación comienza en el ser, y eso repercute en la empresa y el entorno del empresario”.
En un contexto donde emprender a menudo significa sacrificios personales, la Escuela LID ofrece una perspectiva diferente. Su metodología transforma vidas y empresas, mostrando que el verdadero liderazgo radica en cultivar una visión integral que coloque al ser humano en el centro.