Casi la mitad de las micro y pequeñas empresas (MYPES) expresaron que quieren contratar más personas, de acuerdo al informe sobre Dinámica Empresarial MYPE del Observatorio MYPE correspondiente al último trimestre de 2025.
Este entusiasmo no es nuevo: el cierre de año suele llegar acompañado de optimismo, inversión y movimiento. Pero lo que marca la diferencia este 2025 es que ese optimismo no surge de un impulso momentáneo, sino de una tendencia sostenida que el sector ha venido mostrando desde hace varios trimestres.
El dinamismo característico del último tramo del año parece haberse fortalecido, y todo indica que muchas MYPES están atravesando una etapa de madurez económica que se traduce en confianza, planes de expansión y expectativas positivas.
Durante el tercer trimestre de 2025, el 40.8% de los empresarios reportó haber tenido un mejor desempeño que el trimestre anterior y solo un 11% manifestó dificultades. La confianza empresarial —que combina la experiencia reciente con las expectativas futuras— alcanzó su segundo mejor puntaje desde 2020, cuando inició la medición de la dinámica MYPE en El Salvador. Todo esto sugiere la existencia de un entorno propicio para emprender y operar para el cierre de año.
En otras palabras, el contexto es favorable y las MYPE se preparan para contratar empleados y operarios, la mayoría temporales. ¿Qué las ha llevado hasta aquí y qué tipo de empleos son los demandados ?
¿Qué hay detrás?
Cada cierre de año las MYPES experimentan un ciclo de energía económica: aumentan las ventas, mejora el flujo de caja y crece la disposición a invertir o contratar. Pero lo interesante es que en 2025 ese comportamiento no parece ser solo un repunte estacional.
Vanessa Escobar, propietaria de Delicia Vane en San Miguel, ha logrado hacer crecer su empresa y está en planes de abrir su primer centro de ventas. Ella misma lo afirma: «Hace unos años que inicié mi negocio hablábamos de sobrevivir; hoy, después de cinco años, estamos hablando de crecer. No ha sido fácil, pero se siente un ambiente distinto, más estable, con más movimiento».

Vanessa
Microempresaria
En este 2025, el ciclo de buenas expectativas de crecimiento y la disposición a contratar que tienden a ser mayores en los últimos trimestres del año, se ha repetido. El 48% de los empresarios espera incrementar su personal durante el cierre del año, alcanzando el nivel más alto de los últimos años. A la par, un 22% ya aumentó su mano de obra durante el tercer trimestre, confirmando que amploio optimismo empresarial de cierre de año.

En palabras sencillas, cuando las MYPES se sienten optimistas, actúan: y hasta ahora, la historia ha demostrado que esas expectativas suelen materializarse en inversión real y creación de empleo temporal. Erick Morán, Director Comercial del Banco Integral, lo resume así: “El comportamiento de las MYPES responde a microciclos muy marcados: saben identificar los momentos del año en que el entorno es más favorable y actúan en consecuencia. No es improvisación, es aprendizaje; el empresario MYPE ha aprendido a moverse con el pulso de su propio mercado”.
¿Qué tipo de empleo estan demandando las MYPES?
El El Instituto Nacional de Capacitación y Formación (INCAF), a través de su encuesta de demanda laboral MYPE, ofrece un retrato más detallado del tipo de empleo que las Mypes requieren. El estudio estima que existen 1,942 vacantes que las micro y pequeñas empresas esperan llenar en los próximos meses, con énfasis en actividades intensivas en trabajo y funciones comerciales. Agricultores y trabajadoras agrícolas, ejecutivos de ventas, ingenieros civiles, operarios de producción y de costura concentran buena parte de la demanda inmediata.
Esta demanda revela la heterogeneidad propia del sector MYPE, donde conviven actividades vinculadas al agro, la manufactura y los servicios, reflejando un tejido empresarial que, pese a su tamaño, sostiene una parte importante del empleo productivo del país.
Pero el dato más revelador está en las habilidades que el sector busca: un 66% demanda competencias técnicas, un 64.2% habilidades blandas, un 44.8% destrezas digitales, y alrededor de un 33% manejo de herramientas digitales. En menor medida, también se requieren habilidades gerenciales como liderazgo o gestión de equipos (16.8%).

Sin embargo, la intención de contratar no siempre se traduce en vacantes llenas. Las MYPE enfrentan obstáculos persistentes: la falta de experiencia laboral (16.3%), los salarios ofrecidos —que en su mayoría oscilan entre $365 y $700—, la escasez de habilidades técnicas (13.4%) y la poca disponibilidad de talento interesado (11.4%). En menor proporción, también incide el bajo nivel educativo formal (10.1%). Son brechas que limitan la capacidad de las empresas para encontrar el personal que necesitan, incluso en un momento de alta demanda.
Mirando hacia el cierre de año
El panorama que dibujan los datos es alentador para el corto plazo. Las MYPES parecen haber consolidado una base de confianza y estabilidad luego de la pandemia. Su desempeño no solo es resultado de la recuperación económica, sino también de su capacidad para adaptarse, planificar y sostener el crecimiento.
Si las tendencias se mantienen, es muy posible que el cierre de 2025 llegue con un incremento en la contratación significativa y, con ello, un impulso adicional a la productividad y dinamismo del sector. Pero sería prematuro afirmarlo con certeza. Por ahora, lo que sí puede decirse es que el optimismo MYPE está respaldado por datos, y que detrás de cada expectativa de contratación hay una apuesta por seguir creciendo, innovando y generando oportunidades. Será el cierre de año quien confirme si este entusiasmo se convierte, finalmente, en mayor empleo sostenible y dinamismo.