Los mejores empresarios, genuinos por naturaleza, son tenaces, audaces y entusiastas. Tienen una vocación emprendedora que los impulsa a buscar nuevas oportunidades y a tomar decisiones empresariales, incluso en entornos altamente inciertos.
Pero, ¿cuáles son las actitudes y la mentalidad que los empresarios exitosos asumen en tiempos de crisis?
¿Cuáles son las lecciones que los empresarios de las MYPES deben poner en práctica, aprendidas en tiempos de normalidad?
¿Qué exige una crisis como la actual del empresario para salir adelante?
Numerosos estudios recientes destacan la siguiente actitud:
La resiliencia
Según algunas de las definiciones más sencillas, la resiliencia es “la capacidad para superar la adversidad y salir fortalecido”. Es esa cualidad que permite convertir la adversidad en un incentivo para la acción, encontrando nuevas oportunidades. Implica una actitud de autorreflexión constante, que permite superar el desánimo o el miedo, y encontrar los aprendizajes necesarios para descubrir oportunidades donde solo se ven problemas e incertidumbre.
Durante la crisis de la pandemia se experimentó un alto grado de incertidumbre, pero un empresario resiliente gestionará positivamente el presente y futuro de la empresa, visualizando y creando posibles escenarios. Encontrará oportunidades para continuar, con la convicción de que no todo está perdido y que es posible cambiar, adaptarse y reinventarse. Ser resiliente facilitará al empresario el ordenamiento de actividades en el proceso de reactivación empresarial, con una dinámica constante hacia la satisfacción de las nuevas necesidades de una demanda que cambia aceleradamente.
Estamos inmersos en la globalización, somos parte de un todo. Las empresas forman parte de la economía mundial y, a su vez, de la economía nacional. Ambos niveles influyen sobre la actividad empresarial, por lo que es necesario analizarlos para encontrar oportunidades de negocio y planificar para el futuro. Realizar un análisis del entorno permite definir: ¿Qué ha cambiado?, ¿Cómo ha sido el cambio?, ¿Cómo responder mejor a ese cambio? Estudiar lo que ocurre en el entorno permite identificar aquellos aspectos que se deben priorizar, descartar, reevaluar, retomar o aplazar. Un aspecto clave a tomar en cuenta para este análisis es:
Desarrollar una mentalidad estratégica
El empresario debe desarrollar habilidades y capacidades para hacer una correcta lectura de las situaciones que se presentan, analizarlas y definir acciones coherentes con su oferta actual o una nueva propuesta de valor. Esta será la que lo distinga de la competencia. No se trata de copiar, sino de encontrar aquello que los demás no ofrecen y que dará a los clientes una razón para preferirnos.
Para desarrollar estas habilidades de pensamiento estratégico es necesario activar lo siguiente:
- Rapidez de respuesta: La ejecución de acciones encaminadas al logro de los objetivos es esencial. Es importante aprovechar todas las oportunidades para la empresa, ya que estas forman parte de su propuesta de diferenciación.
- Constancia: Es fundamental llevar a cabo las actividades de manera fluida sin perder de vista la meta. Se debe fijar un ritmo de trabajo e impulsar al equipo a mantenerse alineado con este, siendo consistentes con el estándar que nos diferencia de la competencia.
- Simultaneidad: Se refiere a la capacidad de observar los cambios en la competencia y realizar actividades empresariales al mismo tiempo. Esto implica manejar la empresa con eficacia, pero siempre atentos a lo que sucede en el entorno.
- Orientación al logro: Es la capacidad de mantener el objetivo presente sin desviar las acciones hacia aspectos menos relevantes que puedan alejar del resultado, permitiendo así fortalecer la diferenciación del producto o servicio.
- Proactividad y búsqueda de alianzas: No siempre se puede hacer todo solo. Por ello, la capacidad de tomar iniciativas para forjar alianzas es esencial. El acercamiento a otros empresarios y a los aliados se convierte en una actitud clave. Es necesario salir en búsqueda de alternativas y apoyos, siendo propositivos para sacar adelante ideas innovadoras.