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Perspectivas Económicas para la MYPE en el 2021

escrito por PaísMYPE
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Moderadamente optimistas para el sector si la dinámica actual continúa.

La economía salvadoreña tuvo sus momentos más difíciles entre mayo y junio de 2020, logrando hasta la fecha, contra todo pronóstico, recuperarse más rápido de lo previsto.

Entre los sectores que han liderado este rebote está la MYPE, conocida por su alto grado de informalidad, por encima del 90%, dando ocupación a 2 millones de salvadoreños.

Para el año 2021, aunque por la coyuntura electoral se anticipa un primer semestre incierto, el Observatorio MYPE estima que, una vez pasada esta fase, y en un contexto de mayor control de la pandemia, el año 2021 registrará un repunte de la actividad de la MYPE mejor que el registrado durante el 2020, impulsado principalmente por los siguientes factores:

  • Incremento de las remesas familiares.
  • Recuperación de la actividad económica más rápida de lo previsto.
  • Escenario de riesgo político muy bajo.
  • Expectativas optimistas de los empresarios de la MYPE, especialmente en los sectores de Comercio, Servicios y Producción, que constituyen más del 70% de los empresarios de la economía informal.
  • Mayor demanda local debido a los problemas previstos en las cadenas de suministro internacional.

Incremento de las remesas

Según datos de la Encuesta de Hogares y Propósitos Múltiples 2019, más del 24% de los hogares salvadoreños, equivalente a más de 1,600,000 personas, reciben remesas familiares, ingreso que es utilizado en un 96% para gastos de consumo.

Las remesas tuvieron una recuperación muy acelerada (ver Figura 1) a partir del mes de junio, lo que ha permitido que, pese a la pandemia, se registre un crecimiento del 3.5% acumulado anual a septiembre de 2020. Analistas predicen que el crecimiento será superior al registrado en 2019, que fue del 4.5%, si la tendencia continúa.

El reciente anuncio del gobierno de Trump de prolongar el Estatus de Protección Temporal (TPS) y el cambio de gobierno a una administración demócrata permiten predecir, de forma razonable, que habrá mayor apertura y menos presiones sobre la población migrante. Además, el tema de la normalización del estatus de la mayoría de la población migrante podría avanzar, y no hay razones para pensar que el flujo de remesas disminuya, especialmente cuando la población local demanda mayor ayuda de sus familiares en Estados Unidos, quienes están en mejor situación.

Figura 1

Gráfica del crecimiento anual acumulado de remesas familiares. Años 2019 y 2020.

Según la imagen anterior, en el momento de mayor impacto de la pandemia en nuestro país, las remesas experimentaron una caída en su tasa de crecimiento de hasta -11.6% de enero a mayo de 2020, en comparación con el mismo período del año anterior. Ante este resultado, algunos organismos especializados llegaron incluso a pronosticar caídas superiores al 20% en el flujo de remesas para el presente año.

Al cierre de noviembre, se muestra un crecimiento del 3.5%, lo cual indica que se ha recuperado el ritmo de crecimiento contra todo pronóstico en un 130%, con altas probabilidades de superar, al cierre del año 2020, la tasa de crecimiento del 4.8% del año pasado.

Dinamismo de los sectores económicos

En el siguiente gráfico (ver figura 2) se muestra cómo, al segundo trimestre del 2020, las MYPES de todos los sectores económicos (esferas color rojo) tenían una perspectiva pesimista de la economía, calificando el momento como no apto para la inversión ni el aumento en la producción, dado que suponían un decrecimiento de la demanda de sus servicios y productos.

Figura 2

Gráfica de confianza empresarial por sector económico. Trimestre II y III.

Para el cierre de septiembre de 2020, con la reciente apertura de la economía, esa ponderación mejora en todos los sectores económicos, pasando a un sentido neutral y ligeramente optimista. Este es un punto de inflexión importante hacia una tendencia al alza.

Como se mencionó anteriormente, el 96% del flujo de remesas familiares se utiliza para necesidades de consumo, dinero que se inyecta directamente a la economía, libre de especulaciones y concentración de ingresos. Esto convierte a las remesas en un fuerte dinamizador de los sectores económicos, entre ellos, sin duda, la MYPE.

Este dinamismo también se puede observar en el comportamiento del Índice de Valor Agregado Mensual (IVAE) (ver figura 3), cuyo principal objetivo es señalar la trayectoria interanual de la actividad productiva y proporcionar señales a los agentes económicos sobre la tendencia-ciclo de la actividad económica y sus cambios.

El comportamiento mensual del IVAE es particularmente relevante para aquellos sectores con mayor vinculación con el sector informal, tanto por la actividad de intercambio comercial como por el aporte al empleo informal. En particular, los sectores de Construcción, Comercio, Transporte e Industria han registrado una reactivación acelerada, impactando positivamente en la MYPE.

Después de un período con tasas negativas de crecimiento mensual superiores al 20% entre marzo y mayo de 2020, estos sectores han logrado recuperarse y mantener comportamientos sostenidos de crecimiento en adelante. Es posible que, al cierre del ejercicio 2020, alcancen los mismos resultados previos a la pandemia.

Figura 3

Gráfica del porcentaje de crecimiento mensual IVAE por sector, con base a datos del BCR.

El menor impacto se ha reflejado en el sector agropecuario, donde el comportamiento del indicador ha sido constante, sin mayores retos planteados por la pandemia. De enero a septiembre de 2020, el crecimiento mensual promedio ha sido de 0.0%.

En el sector financiero se observa un comportamiento estable. Analizar su desempeño es crucial, dado que las MYPES no lograrán apalancar su sostenibilidad y desarrollo si su principal proveedor de recursos financieros enfrenta una situación crítica. Este sector posee la disponibilidad de fondos suficientes para seguir proporcionando a las MYPES los recursos financieros que necesiten para el reinicio, la sostenibilidad y el crecimiento de sus operaciones.

El único aspecto que debe advertirse en cuanto al sector financiero es la necesidad de incrementar los esfuerzos innovadores para comprender las nuevas necesidades y la configuración de productos que la pandemia ha traído consigo, especialmente en relación con las nuevas formas de hacer negocios que han desarrollado las MYPES en general.

Los sectores más afectados por la pandemia, y que registran una reactivación lenta, son los sectores de Turismo, Alojamiento y Educación.

El año 2021 pondrá a prueba toda la capacidad inventiva e innovadora que estos sectores han desarrollado durante este año, para garantizar la continuidad de sus negocios.

MYPE tendría riesgo político bajo

Aunque a nivel de los principales agregados económicos el primer semestre, debido a las elecciones, se vislumbra con altos niveles de incertidumbre que podrían impactar el dinamismo de la economía, las MYPES, por la naturaleza local y vecinal de la gran mayoría de sus operaciones, están menos expuestas a las dinámicas propias de sectores empresariales más formales o con posiciones monopólicas en el mercado. Aun así, la prudencia de los agentes económicos y los resultados hacen prever un primer semestre lento para la MYPE, como ha ocurrido en el pasado.

Las perspectivas para el segundo semestre, aclaradas las incertidumbres fiscales y políticas, y en un escenario de mayor control de la pandemia, permiten estimar que los sectores rezagados, como Turismo, Educación y Alojamiento, empezarán a registrar un mayor incremento en sus ventas. Esto, unido a los factores ya mencionados, se prevé que mejorará sustancialmente las perspectivas de la MYPE en general.

Figura 4

Gráfica de expectativa de los empresarios MYPES para el cierre del año 2020.

Expectativa

La Expectativa mide la percepción de las MYPES informales sobre cómo esperan que se comporte la economía y, particularmente, sus negocios en los próximos meses.

Abordados por el Observatorio MYPE en septiembre de 2020, el 66.7% de quienes realizan actividades de Producción opinó que espera un entorno favorable para los negocios al cierre del presente año. El 66.3% del sector Comercio tuvo la misma opinión, y un 63% de los empresarios en actividades de Servicios compartió una percepción similar. Como se puede notar en el gráfico anterior (ver figura 4), más del 50% de los empresarios entrevistados en todos los sectores se muestran optimistas respecto al clima de negocios a futuro.

Hasta el momento, desde el mes de junio, y ya por 7 meses consecutivos, la MYPE ha registrado una recuperación sostenida, impulsada por las siguientes razones:

  • Capacidad de adaptación ante las adversidades.
  • Espíritu emprendedor y optimismo que caracteriza a los empresarios MYPE.
  • Dinámica empresarial impulsada por la supervivencia, más que por un carácter especulativo.
  • Disponibilidad de fondos del sistema financiero para continuar apoyando sus necesidades de recursos.
  • Crecimiento constante de los flujos de remesas familiares.
  • Planes de rehabilitación y continuidad de negocios impulsados por empresarios formales que demandan productos y servicios de la MYPE.

Conclusiones y perspectivas para 2021

A modo de conclusión, podemos deducir que la pandemia ha dejado como factores positivos para enfrentar el año 2021 los siguientes aspectos:

  • Orientación de mejora en los hábitos de consumo de la población, siendo más razonables que emotivos al momento del gasto.
  • Incremento de la productividad en las empresas, promovido por la necesidad de optimización de costos operativos y la digitalización.
  • Mayor adopción de tecnologías y comunicaciones para fines empresariales, abriendo nuevas oportunidades de desarrollo para las MYPES
  • Mayor identificación con herramientas para el manejo y mitigación de imprevistos (hábitos de ahorro, adquisición de seguros, decisiones de negocio más racionales que emotivas, etc.).

En resumen, el Observatorio MYPE estima que, mostrando cierta diferencia con la dinámica de toda la economía, la MYPE, dada la mejora del ambiente macroeconómico en el segundo semestre de 2020; la reactivación de todos los sectores al final del ejercicio; la creación de nuevas capacidades de resistencia motivadas por la pandemia; el mayor control de la pandemia en 2021; y el bajo impacto del ambiente político en el dinamismo del sector, se puede prever razonablemente que las perspectivas para la MYPE son positivas, en un escenario de continuidad de la dinámica actual y mejora de algunos factores clave que se registrarán en 2021.

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